centros

Es un proyecto socio-educativo que tiene por objeto la intervención con jóvenes de los barrios de “La Milagrosa” y “La Estrella”, con una orientación socio-educativa-prelaboral. Está dirigido a jóvenes entre 16 y 24 años y concebido como un espacio formativo integral, dividido en tres áreas:

– competencias básicas

– agricultura y transformación agroalimentaria

– actividades sociales, culturales, lúdicas y deportivas fundamentadas en la intervención directa con los jóvenes y sus familias.

El centro desarrolla su actividad de lunes a viernes y cuenta con un equipo formado por especialistas en inserción sociolaboral, formación profesional y ocio y tiempo libre.

Proyecto dirigido al colectivo de niñas, niños, y adolescentes de los barrios de la Estrella y la Milagrosa, de edades comprendidas entre los 6 y los 16 años. Se trata de menores que, debido a sus condiciones familiares, sociales, económicas, y ambientales, se encuentran en una situación de vulnerabilidad y exclusión social.

El proyecto desarrolla actividades de refuerzo educativo, habilidades sociales básicas, crecimiento personal, e intervención con familias en los diferentes ámbitos que afectan al niño/a (colegio, familia, barrio, etc.).

Proyecto dirigido a hombres migrantes en edad laboral (18-65 años), que se encuentran sin hogar, con el objetivo de ofrecer un recurso de alojamiento y atención integral que favorezca su inserción social, real y efectiva.

A través de este proyecto se trabaja y motiva la adquisición de herramientas básicas necesarias para su inserción social y la consolidación de hábitos y conductas socialmente adaptadas, que les permitan la consecución de una vida autónoma en el menor tiempo posible.

Los pisos de acogida posibilitan el acceso a una vivienda digna, lo que permite disfrutar de la seguridad y estabilidad personal y psicológica que ello conlleva.

Proyecto destinado a aquellas mujeres jóvenes del barrio en el que se encuentra el centro que, a edades tempranas (15-16 años), adquieren cargas familiares. Este proyecto promueve un espacio de auto-apoyo y desarrollo personal en el ejercicio de la maternidad.

El centro se ubica en los barrios de La Estrella y La Milagrosa de Albacete, donde desarrolla la mayoría de su actividad desde hace más de 30 años. Estos barrios se caracterizan por su alto índice de población de etnia gitana, mercheros, payos e inmigrantes, todos en situación de vulnerabilidad respecto a los demás barrios de la ciudad. Tanto la integración de la comunidad de Hijas de la Caridad como del mismo centro social en el barrio hacen que sean un referente socio-educativo que va más allá de cada uno de los proyectos desarrollados. La presencia continua convierte a las hermanas en una referencia que permite trabajar desde el ámbito comunitario, no entendido como la simple coexistencia de personas, sino como la capacidad para convivir con otros, respetando las diferencias, y donde la diversidad étnica, de género, personal, religiosa y cultural no es obstáculo, sino riqueza que complementa, fortalece y potencia lo comunitario.

Las Hijas de la Caridad han gestionado este centro desde su inicio, siendo el único recurso de la Red Municipal de Centros de Atención a Personas Sin Hogar con una acogida constante. Esto es algo muy valorado por las personas que acuden a él.

“El nombre oficial del Centro es «Centro Abierto III Catalina Labouré» pero a las personas a quienes atendemos, en ocasiones les es difícil pronunciarlo o retenerlo y es por ello que, cuando hablan de nosotros, se refieren al «centro de la Calle Pozas, donde están las hermanitas»

La Escuela Infantil Catalina Labouré imparte el primer Ciclo de Educación Infantil a menores de 0-3 años. En este centro se prioriza la admisión de menores procedentes de familias trabajadoras con bajos recursos y otras derivadas de Servicios Sociales.

Programa de carácter socioeducativo destinado a apoyar la conciliación de la vida familiar y laboral y a evitar los factores de riesgo que la ausencia de adultos cuidadores, una vez finalizada la jornada escolar, pueda ocasionar a los menores. El centro favorece el desarrollo de habilidades sociales, la adquisición de valores de tolerancia y el respeto a la diversidad y a la interculturalidad.

Se ofrece un soporte social, educativo y lúdico a las familias con niñas y niños de 3 a 12 años que, por diversas circunstancias personales, laborales, económicas y sociales no disponen de recursos suficientes para hacer frente a la totalidad de cuidados de los/as menores que están a su cargo.

El centro tiene capacidad para 45 menores y su actividad se desarrolla de lunes a viernes, tras finalizar la jornada escolar. Para ello cuenta con un equipo de profesionales de la educación y el apoyo de voluntariado.

El fin del centro desde sus orígenes ha sido la educación y el cuidado de los niños en edades muy tempranas, que por diferentes situaciones de vulnerabilidad han tenido que ser atendidos   por la Institución.

Desde entonces hasta hoy las Hijas de la Caridad han ido dando respuesta y adaptando el centro a las necesidades del barrio, como a las diferentes legislaciones con relación a esta materia.

“Nos llama la atención como diariamente muchas personas, mayores y jóvenes nos hablan de las hermanas que vivían aquí y de su experiencia como alumnos y vecinos del barrio. Se han sentido queridos y apoyados en sus necesidades, ya que estás familias venían de fuera, sin recursos y sin apoyo familiar, buscando una vida más digna.”

Esta casa se fundó en enero de 1931, bajo la dirección de unas religiosas dominicas. La primera intención de la fundadora Joaquina López de Aya, fue establecer una institución para apoyar a las mujeres que salían de la cárcel después de cumplida su condena. La experiencia demostró que en aquel momento era imposible llevar a cabo ese deseo. Entonces se pensó que la obra podría convertirse en un hogar para madres con bebés recién nacidos y así se realizaría una obra provechosa tanto para la sociedad como para las madres y sus hijos. El 16 de julio de 1932 cuatro Hijas de la Caridad se hicieron cargo de la obra en su ubicación actual, denominándose Casa Nuestra Señora de la Paz, manteniendo siempre el apoyo a las madres gestantes y sus hijos.

Es el espacio desde donde se canalizan las demandas. Constituye la “puerta de acceso” a cualquier otro recurso o servicio prestado desde la entidad.

Presencia física de voluntarios/as y profesionales de la Fundación y de la propia entidad dentro de los Centros Penitenciarios de la Comunidad de Madrid y Ocaña I y Ocaña II con la finalidad de realizar seguimientos individuales, coordinar las intervenciones con los profesionales de la Institución Penitenciaria y desarrollar talleres socio/sanitarios, de tratamiento y ocupacionales.

Para personas reclusas, ex-reclusas y/o personas en riesgo de exclusión social, que aceptan y se comprometen, de forma voluntaria, a la participación activa en un proyecto individualizado de acompañamiento para su reinserción.

• Piso Vicente de Paúl, para hombres (12 plazas)
• Piso de Reinserción Marillac, para mujeres solas o con cargas familiares (5 plazas).
• Piso para mujeres (6 plazas). Alcalá de Henares.

Este servicio tiene como finalidad apoyar, acompañar y asesorar a las familias que viven situaciones relacionadas con el mundo jurídico-penal. El proyecto se dirige a las familias de la ciudad de Talavera de la Reina y su comarca.

Intervención, sensibilización y reeducación en competencias sociales, para personas condenadas a medidas alternativas. Se desarrolla a través de la derivación, seguimiento y coordinación del Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas, ubicado en el Centro Penitenciario de Ocaña II.

Proporciona una respuesta integral desde la intervención social y jurídico-penal a personas inmersas en procesos penales y/o judiciales. Se desarrolla en colaboración y coordinación con el Decanato, Juzgados de Talavera de la Reina, Colegio de Abogados, Servicios Sociales Municipales, Entidades sociales y Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas (Secretaría General de Instituciones Penitenciarias).

5 pisos con 30 plazas donde se proporciona un espacio residencial y una atención integral para favorecer la reinserción social, real y efectiva, de personas sin hogar. Se trabaja y motiva la adquisición de herramientas básicas necesarias para su inserción y la consolidación de hábitos y conductas socialmente adaptadas, que les permitan conseguir una vida autónoma, en el menor tiempo posible.

El objetivo general del proyecto es conseguir la inserción social y laboral de mujeres víctimas de violencia de género en el ámbito de la pareja y/o expareja. Para ello se mejora su empleabilidad con vistas a lograr su autonomía económica a través del empleo. Se establece con cada mujer un itinerario individualizado y estructurado en distintas etapas, desde la acogida a la inserción laboral, pasando por su orientación, formación, acompañamiento y seguimiento. En el programa se fomenta la sensibilización entre los empleadores en materia de violencia de género, fomentando la integración social y laboral de las mujeres víctimas de violencia.

Programa de alojamiento y atención integral a familias vulnerables, mediante ocho pisos de acogida ubicados en la ciudad de Madrid, para acoger a adultos y menores que se constituyan como unidad familiar en situación de riesgo y/o exclusión social, como consecuencia de la carencia de recursos personales y/o materiales necesarios para garantizar su autonomía y bienestar social.  El eje del trabajo con cada familia es un diseño de intervención social individualizado, compuesto de actividades y tareas concretas acordadas, programadas y evaluadas regularmente con cada persona y familia alojada.

En este proyecto se proporciona una ayuda para cubrir el gasto que supone para las familias una alimentación básica y saludable a través de una entrega monetaria con frecuencia quincenal para realizar su compra de productos básicos de alimentación saludable. Se fomenta que las compras se realicen siempre que sea posible en el comercio de proximidad, incrementando además el consumo local. Del mismo modo, se facilitan productos de aseo y limpieza. El ticket de compra es supervisado por las profesionales de la Fundación dentro de un proyecto global de intervención, garantizando un uso responsable de la ayuda y generando vínculos de apoyo y seguimiento.

De igual forma se proporcionan pautas sobre alimentación saludable, administración económica y habilidades sociales.

El objetivo general del proyecto es acompañar el desarrollo integral de mujeres gestantes o con hijos a su cargo, en sus dimensiones individual, familiar y social, trabajando diferentes aspectos (relación materno-filial, formación cultural y humana, orientación profesional-laboral, …). Con ello se genera un estado armónico y equilibrado en relación a su propia persona y a su vivencia del entorno social y se les ofrecen cauces resocializadores que les permitan conseguir, en el menor plazo de tiempo posible, una autonomía social digna, integral y normalizada.

Se dispone de dos pisos (piso Zoe y piso Margarita Naseau) ubicados en el Distrito de Vallecas de Madrid con capacidad total de 16 plazas.

El centro social Marillac toma su nombre y se confía a la protección de Santa Luisa de Marillac, fundadora junto con San Vicente de Paúl de las Hijas de la Caridad.

Tiene su origen en la Asociación Marillac que fue creada el 19 de marzo de 1991. La iniciativa surgió de un grupo de Hijas de la Caridad y de personas voluntarias que participaban en diferentes proyectos, vinculados con ámbitos de exclusión y marginación social de la ciudad de Madrid.

A lo largo de los años hemos ido ampliando el conjunto de acciones y proyectos que realizamos debido a la enorme complejidad de las situaciones de exclusión social que acompañamos.

La Escuela Infantil Rosalía Rendú imparte el primer Ciclo de Educación Infantil a menores de 0-3 años. En este centro se prioriza la admisión de menores procedentes de familias trabajadoras con bajos recursos y otras derivadas de Servicios Sociales.

Programa de carácter socioeducativo destinado a apoyar la conciliación de la vida familiar y laboral, y a evitar los factores de riesgo que la ausencia de adultos cuidadores, una vez finalizada la jornada escolar, pueda ocasionar a los menores. El centro favorece el desarrollo de habilidades sociales, la adquisición de valores de tolerancia y el respeto a la diversidad y a la interculturalidad.

Se ofrece un soporte social, educativo y lúdico a las familias con niñas y niños de 3 a 12 años que, por diversas circunstancias personales, laborales, económicas y sociales no disponen de recursos suficientes para hacer frente a la totalidad de cuidados de los/as menores que están a su cargo.

El centro tiene capacidad para 45 menores y su actividad se desarrolla de lunes a viernes, tras finalizar la jornada escolar. Para ello cuenta con un equipo de profesionales de la educación y el apoyo de voluntariado.

En 1904 el doctor Ulecia, junto a su equipo de médicos y con el patrocinio de los marqueses de Casa Torres y la reina Mª Cristina, decide montar un centro de atención para la sana crianza de los niños que debe estar en manos de profesionales y personas de caridad y gran corazón.

En enero de 1911 se abre el nuevo edificio (C/ de la Espada 9) que se llamó “Primer Consultorio de niños de pecho y Gota de Leche” y queda como presidenta de Honor la reina Mª Cristina. La presencia de las Hijas de la Caridad en esta institución data del 1913.

En 1979, las dificultades hacen que las Hermanas abandonen la obra y es en 1988 cuando son llamadas nuevamente para atender a la infancia y a las distintas pobrezas del barrio. La nueva Institución pasó a llamarse Fundación Obra Social Sor Rosalía Rendu, integrada en la actualidad su actividad en la Fundación Social Hijas de la Caridad.

Esta casa abrió sus puertas en julio de 1995 como un Hogar para niños con discapacidad intelectual, física y sensorial asociada a enfermedades orgánicas, que requieren cuidados especiales. Niños a cuyas historias de enfermedad se les une la de pertenecer a familias en situación de exclusión, carentes de la posibilidad de atender a sus hijos.

 “Un día encontré algo que cambió mi vida. Entré a trabajar como voluntario en la Casa de Belén, un hogar de niños enfermos, llevado por las Hijas de la Caridad. Allí aprendí a ver el valor de la vida humana, intrínseco a cada persona. Me di cuenta de que toda vida es digna de ser vivida, y que somos los hombres y mujeres que formamos la sociedad los que debemos dar a los más desfavorecidos la ayuda necesaria para que tengan la calidad de vida que se merecen, acorde con la dignidad de todo ser humano. Allí vi que es posible ser feliz en la enfermedad, reconocí a Dios en las miradas de los niños y descubrí que hay una forma de tratar a los enfermos diferente a la que estaba acostumbrado a ver en muchos hospitales. Por eso decidí hacerme médico”.

Testimonio de un voluntario extraído de
https://sanitarioscristianos.com/casa-de-belen-cambio-mi-vida/)

En la formación integral de los menores realizamos un gran número de actividades de ocio, culturales, deportivas y excursiones. Entre todas ellas destaca la Orquesta del Reciclaje, actividad musical en la que nuestros niños y niñas aprenden a tocar un instrumento y participan en la Orquesta con la cual dan conciertos.

Villa Paz ha salido en numerosas ocasiones en los periódicos, radio y televisión, y en 2008 recibimos la visita a nuestros hogares de SAR Doña Leticia.

Algunos de nuestros niños y niñas forman parte de la Comisión Embajadora que representa a todos los menores protegidos de la Comunidad de Madrid.

En 2020, en el ámbito de los premios a la infancia, recibimos el premio de reconocimiento a la labor realizada por todos los trabajadores de Villa Paz durante la pandemia.

Destinado a cubrir las necesidades básicas de las personas y familias más vulnerables, ofreciéndoles también un programa de mediación, apoyo y asesoramiento.

El comedor proporciona comidas diarias tanto a personas que acuden a él presencialmente como a través de su distribución a familias para consumo en sus domicilios.

Todo ello es posible gracias a un equipo profesional formado por especialistas en trabajo social e inserción sociolaboral, además del personal de servicios encargado de la cocina, la limpieza y el mantenimiento general.

Destinado a personas en situación de calle, con un aforo de ocupación simultánea de 50 personas al día (si bien diariamente acuden aproximadamente 150 personas). Es un servicio orientado a contener la situación de exclusión social de las personas sin hogar, favorecer el autocuidado y facilitar los procesos de integración social.

Ofrece servicio de duchas, lavandería, talleres ocupacionales (informática, cocina, inglés y español, habilidades domésticas y de autocuidado, etc.) y un programa de inserción sociolaboral para personas sin hogar.

El centro cuenta con un equipo profesional formado por especialistas en trabajo social, psicología e inserción sociolaboral, además del personal de servicios,

Espacio residencial para 14 personas migrantes más una plaza de emergencia, garantizando necesidades básicas de alojamiento y manutención los 365 días del año. El objetivo es prevenir procesos de exclusión social generando oportunidades e igualdad, favoreciendo el desarrollo de valores personales e impulsando sus propias potencialidades.

El centro ofrece una atención 24 horas durante todos los días del año y para ello cuenta con un equipo profesional formado por especialistas en cuidados educación y enfermería, además del personal de servicios, encargado de la alimentación, la limpieza y el mantenimiento general.

Espacios residenciales que posibilitan la promoción, integración e inserción normalizada de personas y familias migrantes en situación de riesgo y vulnerabilidad.

Viviendas normalizadas para el acompañamiento social a personas solas en proceso activo de inserción y familias con hijos/as menores a cargo que carecen de una red social y familiar en la que poder apoyarse y sin ingresos económicos suficientes.

Este recurso está dirigido a personas que requieren un acompañamiento social, individualizado y profesional.

Las Hijas de la Caridad proporcionan comidas en este lugar desde 1907, cuando la zona era un arrabal.

En 1916 la marquesa de Águila Real y otras personas particulares se hicieron cargo de los gastos de construcción del Comedor Benéfico María Inmaculada. En 1932 se firma un convenio con el Ayuntamiento de Madrid que queda interrumpido durante la guerra (aunque, según consta en los archivos de la Casa Provincial, las Hermanas siguieron dando comidas), y se renueva en 1939. En 1997, el comedor social se reestructuró, surgiendo el Programa Integral Vicente de Paúl.

Esta intervención nos ha dado grandes reconocimientos como el del Ayuntamiento de Madrid en 2018, por el apoyo concedido al Samur social; el de los Bomberos de Madrid en 2019 por nuestra labor y compromiso; o la medalla de plata del Ayuntamiento de Madrid en 2021 por la trayectoria y compromiso con la ciudad de Madrid.

Cuenta con dos comedores sociales para familias sin recursos derivadas por los servicios sociales del Ayuntamiento de Aranjuez. Se atiende a unas 300 familias al año a las que se les facilita los alimentos necesarios de una cesta de la compra.

Acuden unas 5.000 personas al año para adquirir ropa a un precio simbólico.

La ubicación actual del Hogar se construyó entre los años 1960 y 1967, con la ayuda del Ayuntamiento de Cartagena, contribuciones benéficas de la ciudadanía y aportaciones de los toreros de la época, liderados por la figura de D. Juan Jiménez García “Mondeño”.

Una vez terminada la edificación, algunos toreros acostumbraron a vestirse de luces en el Hogar y tras rezar a la Milagrosa, salían para la plaza.

Aún hoy, todo el personal denomina a la habitación que usaban “la habitación de los toreros”. Así mismo, la calle donde se encuentra el Hogar se denomina Avenida de los Toreros. Todo ello en homenaje a estas personas que desinteresadamente y por amor a los niños hicieron posible la edificación actual.

El edificio en que se encuentra el Centro Cardenal Belluga, con más de trescientos años de historia, está catalogado de Bien de Interés Cultural. Sus fachadas, de estilo barroco, están presididas por las imágenes de San José y Santa Florentina y flanqueadas a ambos lados por los escudos de armas de Felipe V y el Cardenal Belluga.

La historia del Centro comienza en 1713, cuando el rey Felipe V, quiso fundar en la Ciudad de Murcia una casa para la educación de niños y niñas huérfanos. En ese año el obispo Belluga ya estaba edificando una casa en la denominada “Puerta de Santa Florentina”, que decidió ofrecer al rey puesto que era para los mismos fines. Ese mismo año se concluyó el edificio con capacidad para 300 niños y niñas.

“No encontraba mi lugar en el mundo. Todo se había vuelto complicado. Desde que murió mi madre he ido dando tumbos. Desde que estoy con las Hermanas he conseguido serenarme y empiezo a pensar en el futuro. He hecho una amiga en el piso y estamos pensando compartir un piso pequeñito. Hay días en que todavía me levanto con pesadillas, no sé cuándo pasarán, pero aquí me han dicho que tranquila, que puedo estar aquí lo que necesite.”

Testimonio de una mujer

Los hogares tienen su origen lejano en la fundación en una cueva,  por el propio Santo Domingo de Guzmán, del primer monasterio dominico de España. Allí, los Reyes Católicos costearon después la creación del Monasterio de Santa Cruz la Real, semilla de donde creció y enraizó la obra de las Hijas de la Caridad en Segovia.

Es en este monasterio donde, durante la epidemia de cólera del S. XIX, las Hijas de la Caridad comienzan a hacerse cargo de niños huérfanos y de enfermos de manera “provisional” hasta 1977.

En 1994 las Hijas de la Caridad adquieren dos pisos adosados en un entorno normalizado. Pretendemos que los niños puedan tener en ellos una experiencia lo más parecida posible a un hogar familiar.

Los orígenes de los Hogares Marillac se remontan a 1938, cuando las Hijas de la Caridad llegan a Toledo para atender a los niños y niñas necesitados, en plena guerra civil española. En aquellos momentos las hermanas se ubicaron en el edificio llamado San Pedro Mártir, que hoy es la sede de la Universidad de Castilla-La Mancha. En la actualidad, el edificio se dedica a la formación de universitarios y la celebración de actos culturales.

Las Hijas de la Caridad abandonan ese edificio en los años 80, adaptándose a las nuevas necesidades y realidades sociales a través de hogares normalizados integrados en una comunidad de vecinos.

El Hogar Zoe tiene sus orígenes en 1987, en un piso cedido por una familia para acoger a jóvenes excarcelados de ambos sexos.

En 1992 el centro obtiene la autorización para funcionar como centro de acogida de drogodependientes y en 1994, las Hijas de la Caridad adquieren una finca dotada de vivienda y espacios adecuados, para que los jóvenes puedan recibir el tratamiento de deshabituación y rehabilitación de drogodependencias en régimen residencial.

En el tratamiento individualizado que se ofrece, la formación académica constituye un pilar fundamental, siendo impartida por profesores voluntarios licenciados, varios de ellos docentes en la Universidad de Castilla-La Mancha.

La Comunidad Terapéutica Hogar Zoe fue galardonada con el premio Espada Toledana a la mejor obra social del año.

Antes de ser residencia de menores protegidos este centro fue colegio, casa-cuna (u hospicio) y un taller de costura para mujeres.

En su historia destaca la figura de Sor Ignacia Idoate Iragui quien llegó a Zamora como hija de la Caridad a los 19 años y, además de dedicar su vida a los menores, dejó todo su patrimonio en beneficio de ellos.

En 2003 la residencia recibió el premio Atención a la infancia de Castilla y León en el ámbito de la atención y protección a los menores.

“Mi nombre ficticio es Verónica y tengo 33 años. Mi vida no ha sido nada fácil desde que tengo uso de razón. Ya desde mi infancia sufrí malos tratos. Nací en un barrio pobre, en una familia muy rota.

Me vine a la ciudad con 24 años y conocí al que pensaba que iba a ser el hombre de mi vida, pero cuando me quedé embarazada de la segunda niña empezaron los malos tratos. Me tenía machacada. Hubo un tiempo en que me acostumbré, pero un día reventé, cogí a las niñas y me largué de casa con lo puesto. La de la tienda, al vernos llorar a mí a las niñas, llamó a la policía que me aconsejó que no volviera.

Llegar a esta casa ha supuesto para mí un paso muy importante. Al principio llegué muy asustada: como se suele decir, “con la moral por los suelos” y con ningunas ganas de seguir viviendo.

No sabía lo que me iba a encontrar. Lo que me he encontrado ha sido respeto, cariño y afecto, he encontrado la paz que no tenía antes. Han entendido lo que no ha entendido ni mi propia familia.

Estoy tranquila, vuelvo a ser persona, ya tengo ganas de salir al parque con las niñas y de arreglarme. Solo puedo decir de las hermanas que estoy muy agradecida. Esto es como una familia.”

Testimonio de una mujer

“Aquí, vivo y comparto. Mi labor es de apoyo. En otros servicios hago intervenciones concretas, Aquí comparto techo. El estar aquí me hace entender mi vocación, mi dignidad como persona y como mujer, desde una perspectiva distinta, y me ayuda a relativizar y a ser más agradecida con todo. Te dan la oportunidad de aprender a escuchar mejor y de mirar al corazón, “saber mirar es saber amar”. “Hay cosas que te estoy contando que no se las he contado ni a la psicóloga.”

Se recibe más de lo que se da: me dejan entrar en su vida, me permiten coger a sus hijos, darles un abrazo, me regalan su sonrisa… Me cuentan sus historias, muy duras, sus dudas y sus preocupaciones.  me dejan entrar en su casa. Ellas también son un don para nosotras, un libro de vida, y una fuente de inspiración. Aprendo de ellas la capacidad de superación en la adversidad, la motivación por iniciar e implicarse activamente en un proceso de intervención. El compromiso de cada una de ellas por desarrollar una participación activa y positiva en su propio proceso de intervención.”

Testimonio de una Hermana